“Si le parece bien, emita Su Majestad un decreto para aniquilarlos, y yo depositaré en manos de los administradores trescientos treinta mil kilos de plata para el tesoro real.” (Ester 3:9). (NVI).
En estas semanas, hemos estado estudiando el libro de Ester en
el programa “Mujer para la Gloria de Dios”, y en esta ocasión nos toca analizar
el capítulo 3. Es evidente como una vida llena de pecado, no temerosa de Dios, puede alojar en su corazón tanta
maldad. Esto lo vemos en la vida de Amán, en su odio y rencor hacia Mardoqueo
porque se negó a postrase a sus pies. Al conocer que era judío, quiso destruir también
a todo su pueblo, y por supuesto, incluyendo a la reina Ester su sobrina, aunque
su origen no había sido aún revelado.
¿Qué cosas vemos en la vida de Amán?
1.
Su
corazón idólatra crecía sin medida. (v.1)
2. Deseaba que le rindieran pleitesía
por su poder. (v.2)
3. Era un hombre orgulloso, cobarde y
vengativo. (v.5-6)
4. Tenía un corazón iracundo. (v.5)
5.
Era
malicioso y calculador. (v.8)
6. No le interesaba el bienestar de los
demás. (v.9)
7. Usó el poder para buscar sus propios
beneficios. (v. 9)
8.
Consulta
a otros dioses para ver cuando era el momento oportuno para aniquilar a los
judíos. (v.7)
9. Amán quería exterminar al pueblo judío y trató de manipular al rey para lograrlo, porque albergaba el deseo de matar a todos los judíos. Lo convenció, recibiendo todo el poder de su parte para actuar, y no solo eso, sino que se sentaron, a celebrar su gran hazaña. (v.10 - 15)
¿Qué cosas vemos en la vida de Mardoqueo?
1. Por mucho que le instaron, se negó a
rendirle homenaje a Amán. (v.3-5)
2. No deseaba dar honores a un perverso en menoscabo del honor que solo se le debe a Dios.(Dt.
6:13)
3.
Creyó
que cometería una vileza al arrodillarse ante un amalecita, cuando Dios les
había jurado perpetua guerra. (Ex. 17:16
– Dt. 25:19)
4.
Al
igual que nosotras, estaba aprendiendo cómo perdonar, cómo tener paciencia y
cómo confiar en Dios en medio de las injusticias.
5.
Era
un hombre resiliente.
6.
Fue
un hombre obediente a Dios, fiel a su familia y a su pueblo. Pensando en éste,
bajo la dirección de Dios, logró colocar
a su sobrina Ester en el trono del rey
Asuero como su esposa. (Est. 2:7-11).
7. Su servicio al rey fue fiel, cuando descubrió el complot de dos de sus guardianes, participándoselo a la reina Ester, librándolo así de la muerte. Estos recibieron su castigo y la acción de Mardoqueo fue registrada en el libro de las Crónicas. (Est. 2: 21-23).
Como creyentes, nuestra oración debe ser que Dios nos guarde
de permitirle a la ira apoderarse de nuestro corazón (Ef. 4:26-27). Al no resolver la ira, vemos como
posteriormente esto produce crecimiento de ésta y luego la ira produce amargura,
odio y con el odio hay deseo de venganza y sigue creciendo.
Como decía Aileen en el programa “Es muy difícil pensar claramente cuando el
corazón está lleno de ira y la única cura es el perdón y aunque es difícil
perdonar, realmente es más difícil no hacerlo.”
Tenemos
que estar alerta, porque una devoción a Dios, y en particular a Jesucristo,
produce resentimiento en el mundo,
y en consecuencia, persecución (2Ti.3:12).
Estamos viviendo una guerra espiritual y como soldados de Cristo, no podemos
perder nuestro enfoque, porque al hacerlo, perdemos el poder del Espíritu Santo. Y
tampoco podemos olvidar que en el mundo hay
personas que piensan que están
por encima de la ley, y Son las
primeras que te enrostran tus
errores, pecados e inhabilidades, mientras sus pecados son más grandes, pero
ellas no los ven. Otras, llenas de odio, rencor, resentimiento y amargura, ante
cualquier falta o detalle, explotan avasallantes, buscando destruir a su
prójimo. Por ello, somos llamadas a
caminar en el Espíritu, llevando cautivo todo pecado al Señor, en
arrepentimiento, renovando nuestra mente con su Palabra, agradándole en todo,
siendo hijas de luz.
Aman tenía un deseo de venganza
desenfrenado, que lo llevó no solo a desear acabar con Mardoqueo, sino también
con todos los judíos de la región, sin importarle el costo. Pero me gozo en que
los planes de Dios son mayores que los nuestros y Él tiene un cuidado inmenso con sus hijos.
A
pesar de todo el complot de Amán, Ester, con gran sabiduría y la dirección de
Dios, celebró cenas en presencia del rey y de Amán mismo, y mostró
cautelosamente al rey que estaba siendo manipulado. Al descubrir la verdad, el
rey ordenó que mataran a Amán en la misma horca que construyó en su casa para
Mardoqueo, y permitió mediante otro decreto, que el pueblo judío pudiera
organizarse y defenderse de los ataques, y tener aun la libertad de adorar a su Dios. (Est. 4- 8).
Oremos
para que Dios guarde nuestros corazones de ser dominadas por el
orgullo, y que no nos envanezcamos ni demos cabida a la altivez o a la soberbia,
cuando seamos reconocidas y puestas en alguna posición de eminencia.
Dios
les guarde sin caída.
Katerine
Genao
Articulo para el Ministerio ¨Mujer para la gloria de Dios¨ Ver más Aquí
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