"Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual se entregó a sí mismo por mí." (Gálatas 2: 20). Abraham no esperó entender para obedecer: Él era un hombre caracterizado por creerle a Dios, él sabía a quién servía, y confiaba plenamente en Dios. Abraham no obedeció porque no tenía otra opción; lo hizo movido por su fe. “P or la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba ” (He 11:8). Y no solo eso, sino que le prometió hacer de él una nación grande, bendecirle, engrandecer su nombre, y ser de bendición, y que además, en él serían benditas todas las familias de la tierra; y haría su descendencia como el polvo de la tierra (Gn 12:1-3; Hch 7:2-5). Abraham sabía que él era un extranjero en esta tierra: Él sabía que su herencia, su ciudadanía y su tesoro ...
“Abrazando el diseño y el rol bíblico como mujeres que Dios ha establecido para nosotras”