"En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que le envió." (Jn. 13: 16). Continuando con la serie “Expectantes ante Hebreos”, hemos llegado a la porción donde el autor hace una fuerte advertencia a los creyentes judíos, que estaban bajo persecución por su fe, a no alejarse de las enseñanzas que ya habían aprendido sobre Cristo. Antes bien debían crecer en conocimiento, madurar espiritualmente, confiando en lo que Él hizo y prometió, pues es mayor que los ángeles, Moisés, Aarón y su sacerdocio; su reposo para el pueblo es superior al de Josué, pues lleva a la vida eterna en su presencia. Ellos debían oír con atención todo lo previamente expuesto, pero se habían “hecho tardos” para eso (He.5:11-14). El autor de Hebreos compara a sus lectores como “bebés” inmaduros, ya que necesitaban de la leche espiritual de la Palabra. Al parec...
“Abrazando el diseño y el rol bíblico como mujeres que Dios ha establecido para nosotras”