Ir al contenido principal

“Las despedidas son dolorosas”



Para nosotras las cristianas el estar en el centro de la voluntad de nuestro Dios debe ser un anhelo constante. Para mi esposo y para mí esta ha sido nuestra oración aún desde antes de ser esposos, en nuestra soltería. Recuerdo cuando era soltera, oraba a Dios para que capacitara al esposo que El ya tenía diseñado para mí pero que aún no lo conocía. Oraba para que El moldeara su corazón, para que lo equipara en Su palabra, pero sobre todo para que desarrollara en El una pasión por Su Palabra y Su obra.

Años después no me imaginaría el impacto que tendrían esas oraciones que Dios colocaba  en  mi corazón para que yo las hiciera. En mi soltería también invertí mi tiempo en el Señor al máximo y oraba para que El también me equipara para este siervo que ya El había elegido. Es como dijo Debi Pearl ¨Quien eres como mujer soltera determinara quien eres como mujer casada. Si eres perezosa, seguirás siendo perezosa. Si eres rebelde, llevaras esa rebeldía a tu matrimonio. Si actualmente eres alegre, obediente y una sierva para los demás entonces tu matrimonio será bendito.¨

Pues los años pasaron y me casé con ese príncipe de resplandeciente armadura que Dios equipó todo ese tiempo, lo único que ese caballero no era de mi iglesia local tenía que decir adiós a mis amigas, a mis lideres, a mis años de servicio en mi iglesia local y empezar una nueva vida lejos de ahí y de los míos. Al inicio me sentía como “¿Y qué pasó Dios?”, “La bendición no llego perfecta”. Pero como mujer temerosa de hacer Su voluntad, El utilizo esto para mi propia santificación (1 Tes. 4:3 “Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación…”).  Como mi esposo era líder allí, en el año de nuestro noviazgo visitaba con él la iglesia los jueves para un estudio bíblico que el impartía y como en esa ocasión le toco hacerlo a jovencitas estuve allí para ser su ayuda en ese tiempo. Eso fue solo el inicio de lo que venía, ya al casarnos y estar a tiempo completo en esta nueva iglesia, más pequeña en número y en tamaño de donde yo provenía hizo que esa cercanía entre hermanos fuera más de tu a tu. Los hermanos nos acogieron con mucho amor en el Señor.

Posteriormente pasamos a servir juntos en el liderazgo juvenil junto a una pareja de amigos muy amados. Trabajaba en la parte de media de nuestra iglesia, ayudaba a la esposa de mi pastor en coordinar algunas cosas, servía junto a otras jóvenes en los especiales de alabanza; en fin nos volvimos pulpos. Ya juntos como esposos nos invertimos en Cristo al máximo, Dios me proveyó de un esposo tan apasionado como yo por la obra de Cristo. Tuvimos nuestra primer bebe en esta iglesia la cual aman inmensamente, crecimos como familia en un corto tiempo, tres años invertidos fielmente a Cristo en esta nueva iglesia local a la cual Dios me había movido junto a mi esposo fueron de una inmensa bendición para mí.

Pero como Dios en mi soltería movió mi corazón a orar de una forma que mi visión espiritual viera más allá, posteriormente Dios pone en el corazón de mi esposo el movernos de iglesia local y saben a dónde, a la iglesia de donde yo provenía. ¡Increíble! Algunos pensaran… ¡Wuao eso es lo máximo, gloria a Dios!

Mi corazón estaba triste, cuestionaba a Dios, ¿Por qué ahora y no cuando me casé me dejaste allí? ¿Qué pasaría con este amor cultivado en  personas nuevas? ¿Qué pasaría ahora? En fin amadas un sin número de preguntas, ore a solas y junto a mi esposo, le pedíamos a Dios que nos mostrara Su voluntad, hacia donde El nos estaba moviendo con este cambio. El porqué Dios lo está haciendo lo comprenderemos plenamente cuando el tiempo avance pero actualmente en medio del dolor que producen las despedidas, humanamente es difícil. En medio de este proceso de cambio en el que nos encontramos medito en 1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.”

Ambos tenemos paz en nuestros corazones de que estamos haciendo lo correcto, mi esposo tiene una convicción firme de que Dios lo está llamando al servicio ministerial de la enseñanza. Estamos orando y equipándonos para dejarnos usar por Dios en donde El desea que estemos y en donde quiera que El nos mueva. Nuestra oración es que nuestra familia siga centrada en Cristo y Su palabra y que ambos podamos ser de bendición a la iglesia local que El nos plante y por el tiempo que El lo haga. Somos vasos en manos del alfarero, para Su gloria.

Salmos 143:10 “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen Espíritu me guíe a tierra firme.” Sé que este no es un adiós, sino un hasta luego. Y sobre todo que los lazos que Dios nos permitió entretejer allí en esa iglesia local serán preservados hasta el final, porque amamos inmensamente a cada uno de esos hermanos y seremos intencionales en mantenernos cerca de ellos porque somos un mismo cuerpo en Cristo. 1ra. Corintios 12:12 “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo.”

Bendiciones,

Katerine F. Genao

Comentarios

Post más vistos

“Mi frasco de alabastro”

Por varios meses he estaba buscando un libro que leí en una ocasión referenciado por una amiga titulado “DAMA EN ESPERA” por Debby Jones y Jackie Kendrall, para mí es un excelente libro; toca tantos puntos importantes para nosotras las jóvenes solteras que el leerlo nuevamente trajo tantos recuerdos a mi vida y hoy los quiero compartir con ustedes. Esta meditación es sobre uno de los puntos que me traspaso al leerlo, va dirigido a todas las jóvenes solteras y mujeres casadas, no es solo para solteras. Va para todas aquellas que quieran ser mujeres que se entregan por completo a Jesús y quieren vivir una vida agradando a nuestro amado celestial. Kenneth G. Smith en su libro- Learning to Be a Woman dijo “Una mujer llega a ser mujer cuando es lo que Dios quiere que sea”. Esta frase es tan cierta que me hace preguntar, cuál es mi verdadera plenitud en la vida?, si lo es Cristo esto me sacia por completo. Definitivamente la plenitud de vida para una mujer cristiana comienza con la sobe

"La Poda Espiritual"

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.” (Juan 15: 1-8) Estaba en la oficina y como mi puesto de trabajo esta frente a la ventana, cualquier cosa que suceda fuera y pase por esa área puedo ve

“Yo me rindo a EL”

“Todo a Cristo yo me rindo, Con el fin de serle fiel; Para siempre quiero amarle, Y agradarle solo a Él...” Estas son las letras de uno de los himnos mas cantados en la historia de la iglesia. Aquellos que han tenido la oportunidad de cantar himnos del himnario de gloria; este “YO ME RINDO A EL” , para mi es uno de los mas hermosos que he escuchado en mi vida de cristiana. La traducción no permite revelar toda la fuerza y la gracia que define su título expresado en el idioma inglés original: “I Surrender All” (Yo lo rindo todo). Este himno fue escrito por Judson Van de Venter mientras que él recordaba el día que había entregado su vida a Cristo y se había dedicado totalmente al servicio cristiano. “Durante mucho tiempo había luchado entre desarrollar mis talentos en el campo del arte y entrar a tiempo completo al trabajo evangelístico. Finalmente, las idas y venidas de mi vida concluyeron y en un día entregué toda mi vida a los piés del Señor Jesucristo”. “Me hice Evangelista y des