“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. (1 Timoteo 6:6-8)
Amadas, si hacemos depender nuestro ánimo por completo de las
circunstancias diarias a la que nos vemos expuestas en nuestros trabajos,
nuestra vida se convertirá en un auténtico carrusel con bruscos va y ven desde
la euforia a la oscuridad más cerrada.
Entonces esto nos lleva a meditar juntas en:
¿Cuál
es el verdadero secreto del contentamiento?
1ro. Aprendamos a dar gracias en toda
ocasión: Pablo había aprendido a dar gracias en cada circunstancia y él
exhortó a todo creyente que hiciera lo mismo. Dar gracias:
-Es cuestión de obediencia (1 Tesalonicenses 5:18; Efesios 5:18)
-Es
característico de un creyente lleno del Espíritu (Efesios 5:18-20)
2do. Aprendamos a descansar en la
providencia de Dios: Si en realidad conocemos a Dios, sabemos que está
desarrollando su plan para nosotras para nuestro beneficio y Su gloria (vea
Romanos 8:28). No deberíamos sorprendernos o ser desagradecidos cuando pasemos
por pruebas sabiendo que Dios conoce perfectamente el resultado (vea 1 Pedro
4:12-13).
3ro. Aprendamos a estar satisfechas con lo
poco: Pablo había elegido estar satisfecho con lo
poco, y sabía que era importante que otros aprendieran a elegir lo mismo. En 1
Timoteo 6:6-8, Pablo exhorto a un joven pastor con estas palabras: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada
de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada
podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con
esto”. Pablo entendía que la codicia y el contentamiento eran mutuamente
exclusivos.
4to. Aprendamos a vivir por encima de las
circunstancias de la vida: Así es como vivió Pablo. En 2 Corintios 12:9-10 el escribió, “Por tanto, de buena gana me gloriaré más
bien es mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo
cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces
soy fuerte.”
5to. Aprendamos a depender en el poder y la
provisión de Dios: El apóstol Pablo escribió, “Todo
lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13); y Jesús dijo que nunca
nos dejaría ni nos desampararía (Hebreos 13:5). Como Pablo, nosotros también
podemos aprender a depender en la promesa de Cristo. Él fielmente infunde a
cada creyente Su propio poder y los sostiene en tiempo de necesidad hasta que
reciban la provisión de Su mano (Efesios 3:16).
Mañana seguiremos con nuestra 3ra. parte del tema.
¡Bendiciones!
Katerine Fdez. de Genao
Katerine Fdez. de Genao
Comentarios