Ir al contenido principal

“La Idolatría se Encuentra en el Corazón”

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”, le respondió Jesús. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. (Mateo 22:37­38)

Recientemente escribí una reflexión para el ministerio "Mujer para la Gloria de Dios" y hoy la comparto con ustedes...

Al meditar en el tema de esta reflexión vino a mi mente esta porción bíblica antes mencionada; es muy probable que hayamos leído este mandamiento tantas veces, que haya perdido su verdadero significado en nuestras vidas. Regresa ahora y vuélvelo a leer,y piensa profundamente conmigo un momento. ¿Qué está demandando aquí nuestro Señor? Nada menos que nuestro amor y adoración íntegros.

Al reflexionar en este mandamiento, me pregunto:

1. ¿Lo amo con todo mi ser, o hay otros amores en mi corazón que gritan por tener mi atención?
2. ¿Adoro otros dioses, o siempre y en cada caso Él es el Gobernante supremo que recibe mi íntegra pasión y devoción?

Al hacer esta reflexión, me doy cuenta que la idolatría tiene que ver con el amor –mi amor por Él, mi amor por los demás, mi amor por el mundo. La idolatría se encuentra en el centro de cada pecado frecuente y dominante con el que luchamos. Y como decía Elyse Fitzpatrick: “La idolatría se encuentra en el corazón de todo pecado con el que luchamos.”

Según estudios realizados en Estados Unidos, el 76 por ciento de todos los norteamericanos encuestados creían estar sin culpa en esta área. La idolatría es un problema tan grande para nosotros hoy, como lo fue para los israelitas de la antigüedad. Y pienso que para nosotros en estos tiempos es peor ya que para nuestra conveniencia, hemos catalogado la idolatría como algo que existe fuera de nosotros (pequeñas estatuas de piedra) en vez de algo que vive dentro de nuestros corazones.

Mis hermanas,los ídolos no son solo estatuas de piedra. ¡No! Los ídolos son pensamientos, deseos, anhelos y esperanzas a los que rendimos culto en lugar de hacerlo al Dios verdadero. Los ídolos hacen que ignoremos al Dios verdadero cuando buscamos lo que pensamos que necesitamos.

“Si estuvieras dispuesta a pecar para alcanzar tu meta o si pecas cuando no obtienes lo que quieres, entonces tu deseo ha tomado el lugar de Dios y estás actuando como un idólatra.” Hay una maldición comprendida en la idolatría, pero no porque no obtengamos lo que queremos. La maldición es que estamos confiando en algo que no es Dios, para hacernos felices. Pensemos en Jeremías 17:5­6: “Así dice el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza. Y aparta su corazón del Señor! Será como una zarza en el desierto: No se dará cuenta cuando llegue el bien. Morará en la sequedad del desierto, En tierras de sal, donde nadie habita. ¿Qué notas en el hombre que confía en algo que no es Dios? Nunca está satisfecho.”

Su Palabra nos enseña que cuando yo concentro mi confianza y mi amor en mí misma, en mis deseos o en cualquier otra cosa que no sea Dios, es exactamente ahí donde vivo...en el desierto. La persona que confía en o ama a algo más que a Dios, está maldita, porque está tan enfocada en lo que quiere, que ni siquiera se da cuenta cuando le pasan cosas buenas. Lo único que puede ver es lo que quiere. Esto es porque su corazón se ha desviado de amar al Señor y ama más otra cosa. “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá.” Jeremías 17:9

La veneración de ídolos es la razón por la que estamos descontentos y desobedecemos a Dios. Calvino dijo una vez “que nuestros corazones fabrican ídolos.” Dios nos llama a enterrar nuestros dioses falsos en la cruz. Solo Dios, El que conoce el corazón, es también “El que cambia el corazón”. El Dios que nos conoce y nos ama completamente, más de lo que podemos comprender; también conoce nuestros deseos y el lugar que ocupan en nuestro amor. ¡Es Dios, El que cambia el corazón!

Mateo 6:24 nos instruye “Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro.” La idolatría realmente es el fundamento del pecado del corazón. Nuestro Padre conoce cada deseo nuestro, ya sea idólatra en esencia o idólatra por nuestro amor excesivo por éste. Todo está “al descubierto y expuesto” ante Él y Él nos conoce a fondo. Él sabe cuándo ponemos algo antes que Él, cuándo amamos algo más de lo que lo amamos a Él.

Él entiende nuestra adoración deformada y ruega que nos acerquemos a Él para que podamos “recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitamos”. Necesitamos desesperadamente Su misericordia y Su ayuda en nuestro conflicto con la idolatría...y Él ha prometido que nos las dará. Así que, enfoca toda tu esperanza y confianza en Él. Yo sé que Él te va a demostrar que es un fiel Sumo Sacerdote, dándote la ayuda que necesitas para desarrollar un corazón y una vida completamente concentrados en amarlo y alabarlo.

Ya para concluir, es vital saber que mientras más tiempo paso a Sus pies, estoy reconociendo Su señorío en mi vida, y los ídolos que estaban tomando su lugar serán completamente desplazados; porque Él lo llenará todo. Mateo 6:33 “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

Bendiciones,

 Katerine de Genao

Comentarios

Post más vistos

“Mi frasco de alabastro”

Por varios meses he estaba buscando un libro que leí en una ocasión referenciado por una amiga titulado “DAMA EN ESPERA” por Debby Jones y Jackie Kendrall, para mí es un excelente libro; toca tantos puntos importantes para nosotras las jóvenes solteras que el leerlo nuevamente trajo tantos recuerdos a mi vida y hoy los quiero compartir con ustedes. Esta meditación es sobre uno de los puntos que me traspaso al leerlo, va dirigido a todas las jóvenes solteras y mujeres casadas, no es solo para solteras. Va para todas aquellas que quieran ser mujeres que se entregan por completo a Jesús y quieren vivir una vida agradando a nuestro amado celestial. Kenneth G. Smith en su libro- Learning to Be a Woman dijo “Una mujer llega a ser mujer cuando es lo que Dios quiere que sea”. Esta frase es tan cierta que me hace preguntar, cuál es mi verdadera plenitud en la vida?, si lo es Cristo esto me sacia por completo. Definitivamente la plenitud de vida para una mujer cristiana comienza con la sobe

"La Poda Espiritual"

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.” (Juan 15: 1-8) Estaba en la oficina y como mi puesto de trabajo esta frente a la ventana, cualquier cosa que suceda fuera y pase por esa área puedo ve

“Yo me rindo a EL”

“Todo a Cristo yo me rindo, Con el fin de serle fiel; Para siempre quiero amarle, Y agradarle solo a Él...” Estas son las letras de uno de los himnos mas cantados en la historia de la iglesia. Aquellos que han tenido la oportunidad de cantar himnos del himnario de gloria; este “YO ME RINDO A EL” , para mi es uno de los mas hermosos que he escuchado en mi vida de cristiana. La traducción no permite revelar toda la fuerza y la gracia que define su título expresado en el idioma inglés original: “I Surrender All” (Yo lo rindo todo). Este himno fue escrito por Judson Van de Venter mientras que él recordaba el día que había entregado su vida a Cristo y se había dedicado totalmente al servicio cristiano. “Durante mucho tiempo había luchado entre desarrollar mis talentos en el campo del arte y entrar a tiempo completo al trabajo evangelístico. Finalmente, las idas y venidas de mi vida concluyeron y en un día entregué toda mi vida a los piés del Señor Jesucristo”. “Me hice Evangelista y des