3. La postración:
Hace unos días recibí una noticia un poco triste, después de tener un tiempo orando por una joven de la iglesia a la que asiste mi madre, hija de hermanos conocidos en la fe; llegó la noticia que no queríamos escuchar. Esta joven hoy se encuentra en la presencia del Señor después de un tiempo batallando con una enfermedad desconocida para los médicos, una situación que humanamente no entendemos.
Dios decidió llevársela a estar con El por la eternidad. Esta noticia me impactó muchísimo porque me hizo pensar en lo joven que era esta chica con sólo 16 años, tenia la vida por delante, metas, sueños por cumplir y sobre todo una larga vida que vivir; pero el desenlace final no fue así. Humanamente llegaron muchos pensamientos a mi mente y no entendía por qué Dios se la llevó tan joven, pero El tiene las razones exactas y sé que fueron las mejores. No hay nada de malo en ser totalmente sinceros con Dios, en acudir en oración a El para implorarle que sane nuestras heridas y alivie nuestro dolor o a nuestras familias. Pero tenemos que estar completamente claras en que orar es más que pedir. La oración es un instrumento de alabanza y gratitud. Recuerda que en 1ª Tim 2:1 dice: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres.”
Reconociendo esto sería bueno hacernos estas preguntas: ¿Estamos desequilibradas con demasiadas oraciones? ¿Están plagadas de quejas por nuestra condición actual? O ¿En medio de nuestra necesidad desesperada por la intervención de Dios y Su obrar nuestras oraciones incluyen expresiones de gratitud?
4. En privado y en público:
Nuestra gratitud debe expresarse en todo lugar y en toda oportunidad, ya sea en privado ante Dios o en público ante los demás. En las Escrituras vemos el vivo ejemplo de Daniel cuya gratitud abarcaba todos los ámbitos de su vida: privada y pública.
¿Cuán agradecidas estamos cuando nadie nos mira? No es solamente en la iglesia donde todos nos ven o en un grupo de estudio bíblico para que observen que hacemos oraciones hermosas de agradecimiento, sino allí en nuestro momento de intimidad con Dios cuando de verdad nuestros corazones se desbordarán en amargura o en agradecimiento ante El, en medio de nuestra situación.
Solemos ser muy rápidas al momento de contarles a los demás lo que nos preocupa, y por el contrario, somos demasiado reservadas para manifestar expresiones de gratitud. Vemos un ejemplo muy palpable de dar gracias en público en el salmista David: “Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantare de ti ente las naciones” Salmo 57:9.
“En la gran congregación te daré gracias; entre mucha gente te alabare.” Salmos 35:18
5. Cuándo y Dónde:
Hay momentos y ocasiones especiales en nuestras vidas para expresar gratitud. Puede ser una reunión para celebrar un cumpleaños, una cena con unos amigos, la víspera de ano nuevo, el día de las madres o también el día del padre. Hay innumerables ocasiones.
Pero no debería hacer falta una ocasión especial para que surja la gratitud en nuestro corazón. No hace falta tener el mejor escenario para elevar acciones de gracias a Dios.
Las Escrituras nos llaman a expresar una gratitud diaria y continua:
* Por la mañana y por la tarde: Cuando David instruyo a los levitas “Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al Señor, y asimismo por la noche.” 1 Crónicas 23:30
- Tres veces al día: Como lo hizo Daniel “Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios.” Daniel 6:10
- A media noche: “A medianoche me levantaré para darte graciaspor tus justas ordenanzas.” Salmo 119:62
- En todo tiempo: “Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca.” Salmo 34:1
Nancy concluye recordándonos que la gratitud debería ser un acto constante de cada hora, de cada día, de toda la vida. ¿Nos quedaremos alguna vez sin cosas por las cuales ser agradecidos? ¡Imposible!
Bendiciones,
Kate.
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