Colaborando para el ministerio Ezer escribi este devocional y deseo compartirlo con ustedes.
Tengo gratos recuerdos de las historias bíblicas que enseñaba a mis niños en la escuela dominical cuando era una adolescente; y entre ellas, la del personaje llamado “Miriam”, una hermana protectora, hija sabia y obediente al llamado de su madre de velar por el cuidado de su hermano. Pensar que una niña saliera en medio de los arbustos del rio Nilo, atenta a que el agua no hundiera la canasta en donde se encontraba su hermano, me hace recordar el amor que siento por mis sobrinos, un amor protector. “Y la hermana del niño se puso a lo lejospara ver qué le sucedería.”(Éxodo 2:1-10)
Pero a medida que avanzamos en su historia, descubrimos sus diferentes facetas, al principio, hacia la cúspide y luego, en declive. Así la encontramos con sus hermanos en el éxodo del pueblo de Israel de Egipto, y al cruzar el Mar Rojo, aparece como aquella que trajo felicidad al pueblo de Israel uniéndose con las mujeres hebreas en cánticos y danzas al Dios de Israel por la victoria obtenida. “Y Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas.” (Éxodo 15:20)
Lamentablemente la queja y la murmuración se hicieron habituales en el pueblo de Israel mientras caminaban por el desierto y Miriam no supo escapar de las mismas, sino que también murmuró contra Moisés, su hermano a quien antes había protegido. “Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado; y dijeron: ¿Es cierto que el Señor ha hablado sólo mediante Moisés? ¿No ha hablado también mediante nosotros? Y el Señor lo oyó. (Números12:1-2)
Es sorprendente ver cómo en esta ocasión Miriam es usada para el mal, iniciando una crítica no constructiva en contra de su hermano por celos ministeriales. Y, de inmediato vemos cómo Dios le envía “lepra” en el cuerpo completo como castigo por su pecado de murmuración, lo que provocó que la sacaran del campamento por 7 días (Éxodo12:15). Los leprosos eran considerados “muertos vivientes” entonces, ¿Por qué Miriam sí y Aarón no? Si nos detenemos a leer, encontramos que Miriam era quien hablaba con Aarón, mientras éste solo escuchaba, o sea fue Miriam quien comenzó la crítica. Por eso Dios la castigó con dureza.
Quiero compartirles algunas de las enseñanzas que aprendemos de Miriam:
1. No hablar a espaldas de los demás.
2. No envidiar lo que tienen otros.
3. Cuidar, valorar y honrar el ministerio que se nos ha confiado.
4. Ser responsables aceptando las consecuencias de nuestros actos sin réplicas ni rebelión.
5. Ser humildes y reconocer la corrección del Eterno.
6. Respetar a los elegidos por el Eterno.
7. No criticar ni entrometerse en los ministerios de los demás.
8. No incitar a otros a pecar contra nuestro prójimo.
9. No ser de doble ánimo sino permanecer fieles y leales a nuestros hermanos en la fe.
10. Poner nuestra mirada en el galardón que vendrá del Eterno y no interesarnos por reconocimientos humanos.
La historia de Miriam ¿te hizo recordar a 1ª Corintios 10:12 “el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”?
Bendiciones,
Katerine Fernández
Tengo gratos recuerdos de las historias bíblicas que enseñaba a mis niños en la escuela dominical cuando era una adolescente; y entre ellas, la del personaje llamado “Miriam”, una hermana protectora, hija sabia y obediente al llamado de su madre de velar por el cuidado de su hermano. Pensar que una niña saliera en medio de los arbustos del rio Nilo, atenta a que el agua no hundiera la canasta en donde se encontraba su hermano, me hace recordar el amor que siento por mis sobrinos, un amor protector. “Y la hermana del niño se puso a lo lejospara ver qué le sucedería.”(Éxodo 2:1-10)
Pero a medida que avanzamos en su historia, descubrimos sus diferentes facetas, al principio, hacia la cúspide y luego, en declive. Así la encontramos con sus hermanos en el éxodo del pueblo de Israel de Egipto, y al cruzar el Mar Rojo, aparece como aquella que trajo felicidad al pueblo de Israel uniéndose con las mujeres hebreas en cánticos y danzas al Dios de Israel por la victoria obtenida. “Y Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó en su mano el pandero, y todas las mujeres salieron tras ella con panderos y danzas.” (Éxodo 15:20)
Lamentablemente la queja y la murmuración se hicieron habituales en el pueblo de Israel mientras caminaban por el desierto y Miriam no supo escapar de las mismas, sino que también murmuró contra Moisés, su hermano a quien antes había protegido. “Entonces Miriam y Aarón hablaron contra Moisés por causa de la mujer cusita con quien se había casado; y dijeron: ¿Es cierto que el Señor ha hablado sólo mediante Moisés? ¿No ha hablado también mediante nosotros? Y el Señor lo oyó. (Números12:1-2)
Es sorprendente ver cómo en esta ocasión Miriam es usada para el mal, iniciando una crítica no constructiva en contra de su hermano por celos ministeriales. Y, de inmediato vemos cómo Dios le envía “lepra” en el cuerpo completo como castigo por su pecado de murmuración, lo que provocó que la sacaran del campamento por 7 días (Éxodo12:15). Los leprosos eran considerados “muertos vivientes” entonces, ¿Por qué Miriam sí y Aarón no? Si nos detenemos a leer, encontramos que Miriam era quien hablaba con Aarón, mientras éste solo escuchaba, o sea fue Miriam quien comenzó la crítica. Por eso Dios la castigó con dureza.
Quiero compartirles algunas de las enseñanzas que aprendemos de Miriam:
1. No hablar a espaldas de los demás.
2. No envidiar lo que tienen otros.
3. Cuidar, valorar y honrar el ministerio que se nos ha confiado.
4. Ser responsables aceptando las consecuencias de nuestros actos sin réplicas ni rebelión.
5. Ser humildes y reconocer la corrección del Eterno.
6. Respetar a los elegidos por el Eterno.
7. No criticar ni entrometerse en los ministerios de los demás.
8. No incitar a otros a pecar contra nuestro prójimo.
9. No ser de doble ánimo sino permanecer fieles y leales a nuestros hermanos en la fe.
10. Poner nuestra mirada en el galardón que vendrá del Eterno y no interesarnos por reconocimientos humanos.
La historia de Miriam ¿te hizo recordar a 1ª Corintios 10:12 “el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga”?
Bendiciones,
Katerine Fernández
Comentarios
Muchas gracias por este devocional, leí también los demás que escribiste en tu blog y fueron de mucha edificación.
Un saludo,
Bendiciones!