Ir al contenido principal

¡Aleluya, Gloria a mi Salvador!


En la medida en que avanzan los días hacia la celebración de la denominada “Semana Santa”, me he sentido motivada a preparar mi corazón sumergiéndome en la verdad de lo que significa “estar en El” lo que al mismo tiempo me sirve para recordar no solo Su muerte sino también Su gloriosa resurrección. He podido reflexionar sobre los vituperios que recibió mi Maestro por mi causa, entregándose como Cordero ante el matadero para limpiarme, lavarme y presentarme ante el Padre como una oveja Suya, limpia y sin mancha, lavada por Su sangre.

El solo hecho de escribir esta reflexión hace que las lágrimas corran por mi rostro por la convicción de que no merezco tal entrega, pero me gozo en saber que Su sacrificio en el pasado, hoy me hace “LIBRE”, ¡completamente libre en El!

Durante estos días de preparación me encontré con este extracto basado en Gálatas 5:1 Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud.” 

“Debemos temer si Dios no estuviera en control. 
Debemos preocuparnos sólo si éste no fuera capaz de satisfacer nuestras necesidades. 
Debemos esforzarnos sólo si el Señor no fuese nuestro Pastor. 
Debemos dudar si Él no fuera fiel. 
¡Deberíamos llorar si Jesús no hubiera resucitado!
¡Aleluya! Su vida y Su amor nos han puesto en libertad!”

Esa reflexión ha detenido mi mente y corazón a pensar en ¿Por qué temer? Si es mi amante Dios Quien está a cargo del timón de mi barca. ¿Por qué preocuparme? Si Dios sabe cuáles son mis necesidades y tiene todo el poder de satisfacerlas conforme a Su voluntad. ¿Por qué estar ansiosa por el mañana? Si mi Pastor, mi Proveedor, mi Rey y Señor es el Dueño de todo y lo provee para mi cuidado absoluto. ¿Por qué estar triste? Si conocer que El resucitó es mi mayor consuelo y fortaleza de que estaré con mi Redentor por la eternidad.

Por eso pido a Dios en oración que nos ayude a tener corazones dispuestos a adorarle, bendecirle y a vivir como lo que realmente somos: mujeres “LIBRES DEL PECADO”, el cual nos hacía estar cautivas de por vida hasta que Cristo vino al mundo como Cordero en ofrenda por nuestros pecados y se presentó ante nuestro gran Dios.

Internalizar esas verdades deben mover nuestros corazones a danzar como David con gozo y regocijo quien entendía el inmenso honor que significaba llevar el arca de Dios; mientras que en nuestro caso es aún más glorioso pues nuestro Redentor vive en nosotras, Él no está muerto, ¡EL VIVE!

¡Aleluya!, ¡Aleluya! Gran Redentor.

Katerine Fernández  

Comentarios

Post más vistos

“Mi frasco de alabastro”

Por varios meses he estaba buscando un libro que leí en una ocasión referenciado por una amiga titulado “DAMA EN ESPERA” por Debby Jones y Jackie Kendrall, para mí es un excelente libro; toca tantos puntos importantes para nosotras las jóvenes solteras que el leerlo nuevamente trajo tantos recuerdos a mi vida y hoy los quiero compartir con ustedes. Esta meditación es sobre uno de los puntos que me traspaso al leerlo, va dirigido a todas las jóvenes solteras y mujeres casadas, no es solo para solteras. Va para todas aquellas que quieran ser mujeres que se entregan por completo a Jesús y quieren vivir una vida agradando a nuestro amado celestial. Kenneth G. Smith en su libro- Learning to Be a Woman dijo “Una mujer llega a ser mujer cuando es lo que Dios quiere que sea”. Esta frase es tan cierta que me hace preguntar, cuál es mi verdadera plenitud en la vida?, si lo es Cristo esto me sacia por completo. Definitivamente la plenitud de vida para una mujer cristiana comienza con la sobe

"La Poda Espiritual"

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer. 6 Si alguno no permanece en mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así probéis que sois mis discípulos.” (Juan 15: 1-8) Estaba en la oficina y como mi puesto de trabajo esta frente a la ventana, cualquier cosa que suceda fuera y pase por esa área puedo ve

“Yo me rindo a EL”

“Todo a Cristo yo me rindo, Con el fin de serle fiel; Para siempre quiero amarle, Y agradarle solo a Él...” Estas son las letras de uno de los himnos mas cantados en la historia de la iglesia. Aquellos que han tenido la oportunidad de cantar himnos del himnario de gloria; este “YO ME RINDO A EL” , para mi es uno de los mas hermosos que he escuchado en mi vida de cristiana. La traducción no permite revelar toda la fuerza y la gracia que define su título expresado en el idioma inglés original: “I Surrender All” (Yo lo rindo todo). Este himno fue escrito por Judson Van de Venter mientras que él recordaba el día que había entregado su vida a Cristo y se había dedicado totalmente al servicio cristiano. “Durante mucho tiempo había luchado entre desarrollar mis talentos en el campo del arte y entrar a tiempo completo al trabajo evangelístico. Finalmente, las idas y venidas de mi vida concluyeron y en un día entregué toda mi vida a los piés del Señor Jesucristo”. “Me hice Evangelista y des