
Un día como hoy doy tantas gracias a Dios por haberme llamado en mi juventud, por haber dedicado los años mas difíciles de mi adolescencia al Señor, por permitirme hoy estar en sus caminos y no apartarse de mi lado. Pero aun como joven veo que los años pasan y las humanidad se va volviendo mas pecaminosa, con menos temor de Dios y de una forma muy sutil esto se esta permeando en la juventud cristiana de las iglesias. Meditando en este texto de Salomón“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.”(Eclesiastes 11:9-10)
En nuestra adolescencia queremos llevarnos el mundo por delante, queremos obtener las cosas rápido sin pagar un precio, queremos disfrutar de todos los placeres terrenales olvidando que Dios nos pedirá cuenta de todo esto. La sociedad nos insta a vivir una vida sin rendirles cuenta a nadie, en donde podamos hacer lo que se nos parezca y haciéndonos creer que esto está bien. Pero realmente para el joven que le ha entregado su corazón a Cristo y ha decidido vivir una vida despalda al pecado desea tener su carne apartada del mal. Como en una ocasión decía el sabio Salomón "Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento". (Eclesiastés 12:1)
Mientras somos jóvenes nuestros días son buenos ya que no hay tanta responsabilidad, pero a medida que el tiempo va pasando y las cosas van cambiando en nuestras vidas, los problemas, responsabilidades y situaciones van tornándose diferentes y cuando obramos mal en la vida andando según nuestros propios deseos al final esos días no traerán contentamiento a nosotros porque estaremos cosechando las cosas malas que plantamos en el pasado.
Dios desea que guardemos nuestros corazones“Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” (Proverbios 4:23) nosotros como jóvenes sabemos cuáles cosas son las que debilitan nuestro corazón, las que derriban las murallas que no permiten cruzar el pecado, por lo tanto debemos cuidar nuestros corazones, NO debemos permitirnos coquetear con el pecado, nos estamos auto engañando y cuando nos demos cuenta estaremos tan sumergidos en el que será difícil salir de ese lodo fangoso.
Yo se que cuando éramos adolescentes fuimos altamente bombardeados con rendirnos a drogas, alcohol, pornografía, sexo, rebeldía, bullying, mentiras, presión de grupo, mala actitud o desordenes alimenticios. Pero ya que el tiempo ha pasado y no somos TAN jóvenes, ¿Cuales son las cosas que nos bombardean ahora?. Alguna de ellas siguen siendo las mismas, otras aun han empeorado mas y peor aun, para aquellos que somos cristianos y deseamos vivir piamente ante los ojos de Dios estas cosas no solo nos bombardean en los medios televisivos, sino en nuestros trabajo, escuelas, universidades y hasta a veces en nuestros entornos familiares.
Entonces ¿Qué decidimos?; ¿Rendirnos ante nuestros deseos o apartarnos para agradar a Dios?; es sorprendente ver como el enemigo le esta hacienda la guerra aun mas fuerte a la juventud Cristiana y nos esta atacando a donde más nos duele, a donde más somos vulnerables, a donde estamos decidiendo invertir más tiempo y que a la vez nos desconecta de Dios.
Es muy triste ver como jóvenes tras jóvenes sedemos ante el pecado por satisfacer deseos momentáneos que al final nos harán sentir tan pecaminosos y sucios delante de Dios y aunque EL en su infinito amor y misericordia nos perdone estaremos viviendo la consecuencia de nuestra caída hasta el final de nuestras vidas terrenales. Porque sabremos que le hemos fallado a Quien siempre ha sido fiel para con nosotros y no se merecía que le deshonráramos.“Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2da. Corintios 7:1)

Y aunque seamos jóvenes bombardeados constantemente por el pecado recordemos que la santidad es apartados de lo pecaminoso y consagrarnos para Dios, ahora no vayamos a colocarnos detrás del vidrio y no salir de ahí porque ahora somos santos, no, se trata de que cada día de nuestro existir seamos motivo de recordar el compromiso que tenemos de vivir santa y piadosamente como Dios anhela que lo hagamos.
Bendiciones abundantes para todos,
Kat.
Comentarios
Eso (y otras cosas como estas) han influído tanto en la manera de ver el mundo, que he hablado con jóvenes (22 a 28 años de edad) supuestamente cristianos, y al llegar al tema de la pureza, se BURLAN de mí porque digo que el sexo pre-matrimonial ES PECADO, y su argumento es que "No se puede ser anticuado, vírgenes son las de 9 o 10 años nada más...después de eso yo no garantizo nada"
Estamos llegando al punto en que se le llama bueno a lo malo y a lo bueno se le llama malo. El Señor está cerca!!!
Carlos Read